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Colores de otoño: Día 3

By 16 marzo, 2020No Comments4 min read

Hoy no habíamos programado hacer fotografías al amanecer para poder descansar un poco y la verdad es que nos vino muy bien. Una vez que salió el sol, nos pusimos a hacer unas fotos macro, gracias a los objetivos que nos cedió Fragmáticos, a unas pequeñas flores que teníamos en los alrededores e incluso a un pequeño insecto que se atrevió a posar en el capó de nuestro vehículo.

También aprovechamos parte de la mañana para organizar la camper y nos acercamos a un pequeño pueblo a comprar suministros varios que nos hacían falta. Pusimos rumbo a la fábrica de armas de Orbaizeta, nuestro siguiente destino. Por el camino, que duró dos horas y poco, hicimos una breve parada para fotografiar el río Irati.

En la fábrica de armas habíamos quedado con dos compañeros que se unirían a esta aventura unos días: Namor y Emilio. Como nosotros llegamos bastante antes, comimos algo rápido y dimos una vuelta para reconocer el lugar. Una vez juntos, bajamos al arroyo de Legartza para ir a la zona más característica de la fábrica. Para acceder es muy recomendable el uso de botas de agua de caña alta o el vadeador ya que hay zonas en las que el agua puede cubrir por la zona de la espinilla. Nada más llegar, cuando estábamos casi colocándonos, pasó una de las cosas que casi nunca esperas que te van a pasar a ti… ¡A Namor se le cayó la cámara al agua! La cámara no encendía y se hizo un profundo silencio. Habían recorrido casi 8 horas de camino y a la primera de cambio se le había estropeado la cámara. Sin hacer ninguna foto (os pongo a continuación una que hice de prueba), recogimos las cámaras y nos fuimos a las furgonetas.

Un buen hombre de por allí, tras contarle lo que nos había pasado, se ofreció para que la cámara pasase toda la noche en su casa, en una habitación con chimenea, con el fin de que la cámara se secase y se eliminara toda la humedad. Fue un bajón importante.

Otro susto fue que a Juanma le dio error su tarjeta de memoria y no habíamos hecho todavía copias de seguridad por lo que estuvimos un rato pensando que se habían borrado todos los vídeos que habíamos grabado. Por suerte, pudimos comprobar en el ordenador que todo estaba correcto.

Sin embargo, intentando olvidar lo que había pasado, volvimos a bajar para hacer fotografía nocturna. A continuación, os dejo la imagen que iluminó Namor. Personalmente fue una suerte ver su forma de trabajo. ¡Brutal!

Tras varias imágenes, nos fuimos a la furgoneta para cenar y acostarnos pronto, aunque tengo que confesar que Juanma y yo fuimos en busca de un dolmen que finalmente no encontramos, por lo que tuvimos que retirarnos e irnos a dormir.

CON LA COLABORACIÓN DE

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