Skip to main content
Blog

Colores de otoño: Día 7

By 13 abril, 2020No Comments5 min read

Y llegó el último día de nuestro viaje. Nos levantamos muy temprano para fotografiar el amanecer en Gaztelugatxe, aunque realmente habíamos pernoctado a escasos cinco minutos del parking que da acceso a dicho lugar. Con todo el material a cuestas, empezamos a descender casi 1,5 km por un camino asfaltado bastante empinado. Al estar bajando la marea, quisimos acceder a la playa, pero nos encontramos una pequeña puerta que nos impedía el acceso. El cielo estuvo casi todo el rato cubierto de nubes y no hubo candilazo, como había dicho la previsión meteorológica para este día. Por suerte, pudimos disfrutar del lugar durante más de dos horas sin ningún visitante hasta que llegamos hasta la ermita. ¡Fue todo un disfrute!

Era el momento, con calma, de ir al que sería nuestro último destino del viaje: la playa de Barrika. Desde que hace unos años fui a Zumaya y vi los flysch, tenía muchas ganas de volver al norte para volver a contemplarlos más de cerca y llevarme alguna fotografía a casa. Llegamos con mucho tiempo y bajamos a la playa para buscar encuadres ya que la marea estaba muy baja y teníamos muchos cientos de metros de playa. Tenemos que decir que el acceso está bastante complicado pues las escaleras que dan acceso están bastantes rotas debido a uno de los temporales que hubo hace meses, según nos dijeron.

Nuestra idea era fotografiar el atardecer ya que, aunque no iba a ser el mejor, no podíamos irnos de este bonito lugar sin intentarlo. Comimos en unos merenderos y nos pudimos a organizar la camper para hacer tiempo. La marea poco a poco iba subiendo y no fuimos conscientes hasta que sobre las 17:00 horas, más de una hora larga antes del atardecer, nos acercamos a los acantilados y vimos que no había playa de lo alta que estaba la marea. No dábamos crédito ya que todavía no estábamos en la pleamar y, según habíamos visto, debería seguir habiendo playa. Obviamente no nos informamos bien.

La sensación que tuve fue de derrota. Era un lugar que le tenía muchas ganas y por falta de organización, entre otras cosas, no salió como esperaba. El único consuelo que tuve fue decirme a mí mismo que así tendría que volver a esta playa en mi próximo viaje por el norte.

Tras ver el último atardecer del viaje, quedamos en Bilbao con nuestro compañero Asier (@hasiertxo) para conocernos, ya que solo habíamos hablado por redes sociales, y tomar unas cervezas antes de poner rumbo a casa. Sin duda, pasamos un gran rato.

Al final, salimos casi a la hora de cenar, hicimos noche a mitad de camino y llegamos a casa antes de comer. El viaje, tras 8 intensos días recorriendo miles de kilómetros y durmiendo entre tres y seis horas, había llegado a su fin. Este viaje no lo pudimos organizar lo bien que nos hubiera gustado porque realmente hasta los últimos días no supe si iba a tener permiso en el trabajo y, sin embargo, ha sido único.

Dejando las fotografías en un segundo plano, de esta experiencia me llevo haber conocido a Namor y Emilio durante los días que estuvimos juntos. Ni la mala experiencia que tuvieron con la cámara nada más llegar pudo empañar la convivencia de risas y buen rollo que tuvimos los cuatro en todo momento. Personalmente fue un placer haberlos conocido y espero poder realizar otro viaje con ellos. No puedo olvidarme de mi compi Juanma, que seguimos año tras año cumpliendo metas juntos… ¡Y las que están por llegar! Estoy deseando empezar a preparar el próximo viaje juntos.

Antes de terminar, me gustaría dar las gracias nuevamente a todo el mundo que nos siguió por las redes sociales y a todos los que están leyendo estas líneas por haber llegado hasta aquí. No me puedo olvidar de darle las gracias a Gorka, de Fragmáticos, por apostar por nosotros en cada proyecto que realizamos.

Muy pronto más y mejor.

CON LA COLABORACIÓN DE

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.