19 de mayo de 2018
A media mañana, ya que desde el primer momento descartamos fotografiar el amanecer para reponer fuerzas, comenzó nuestro segundo día por tierras asturianas. Nada más salir, hicimos una parada en un supermercado (vaya con lo que nos compramos en la zona de la panadería, ¡qué rico!) y nos fuimos en dirección a la cascada del Cioyo. Antes de nada, ya que estábamos caninos, nos comimos media barra de pan con fiambre, recordando viejos tiempos. La ruta desde el aparcamiento hasta la propia cascada es de apenas 1 kilómetro, pero con un desnivel y una pendiente razonables.
Eran sobre las 15:15 horas y no había ninguna nube en el cielo, por lo que, mientras bajábamos, solo podíamos esperar que el bosque fuera muy frondoso para tener una luz homogénea. Sin embargo, no fue así. Había bastante vegetación, pero no la suficiente para evitar esos cambios de luz tan potentes y difíciles de fotografiar.
Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 mm- ISO 100 – f/18 – 1 seg + GND 1.2Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 mm- ISO 64 – f/22 – 0,3 seg
Entre la luz que fue muy dura y que no llevaba vadeador, intenté salirme un poco de mi estilo realizando pequeñas abstracciones, aunque no lo llegué a conseguir del todo. Para fotografiar el atardecer nos desplazamos hasta el Playón de Bayas donde nos esperó una marea bajando y un cielo totalmente despejado. Pese a estar en el norte, parece que las nubes se nos resistían.
Exif: Nikon D810 – Nikkor 16-35 mm- ISO 400 – f/11 – 1 seg + GND 1.2
Exif: Nikon D810 – Nikkor 16-35 mm- ISO 400 – f/11 – 1 seg + GND 1.2
Exif: Nikon D810 – Nikkor 16-35 mm- ISO 320 – f/4 – 30 seg + GND 1.2
Era el turno de hacer fotografía nocturna y, como nos pillaba de paso, hicimos la típica toma de la playa del Silencio desde el mirador.
Exif: Nikon D810 – Nikkor 14-24 mm- ISO 6400 – f/2.8 – 30 seg
Después, aprovechando la marea baja, nos desplazamos hasta la playa del Campiecho. Hicimos una primera avanzadilla sin equipo para ver el terreno y… ¡Vaya sensación! Estar rodeado de grandes acantilados y escuchar el mar en medio de la noche me impresionó muchísimo. Una vez que llegamos con la cámara, Juanma realizó varios tipos de iluminación, pero no me terminó de convencer ninguna y me quedé con esta imagen más sencilla.
Exif: Nikon D810 – Nikkor 14-24 mm- ISO 6400 – f/2.8 – 30 seg
Si hubiéramos visto esta localización de día, seguramente podríamos haber realizado alguna otra toma. Como queríamos hacer tiempo para el amanecer, sobre las 04:00 horas nos fuimos nuevamente hasta la Ermita de la Regalina para intentar hacer nuevas fotografías.
Exif: Nikon D810 – Nikkor 14-24 mm- ISO 6400 – f/2.8 – 30 seg
A las 06:00 horas nos fuimos a la playa del Portizuelo para realizar el amanecer. El lugar lo habíamos visto el día anterior con marea baja, pero no se parecía en nada a lo que teníamos delante. ¡Qué espectáculo lo de las mareas!
Exif: Nikon D810 – Nikkor 70-200 mm- ISO 100 – f/14 – 15 seg + ND 1.8 + GND 1.2
Exif: Nikon D810 – Nikkor 70-200 mm- ISO 100 – f/14 – 25 seg + ND 1.8 + GND 1.2
Exif: Nikon D810 – Nikkor 70-200 mm- ISO 100 – f/14 – 15 seg + ND 1.8 + GND 1.2
Exif: Nikon D810 – Nikkor 70-200 mm- ISO 64 – f/14 – 5 seg + GND 1.2
Sobre todo en esta localización utilicé el tele para intentar tener otro punto de vista y tuve muy buenas sensaciones. Ahora sí, tocaba ir a descansar ya que el día había sido muy largo.
Día 2. La cascada del Ciollo ha sido puro espectáculo pese a no ir a la mejor hora. El atardecer en el Playón de Bayas ha sido bastante plano. Las nocturnas en Silencio, Campiecho y Regalina de notable. Para terminar, buen amanecer en Portizuelo. ¡En unas horas más! #Asturias
— Pablo SG (@pablosgfoto) 20 de mayo de 2018