Esta pasada Semana Santa tuve la suerte de poder realizar un viaje con Silvia por varias ciudades de la geografía española. Hoy empezamos con Alcalá del Júcar.
Este pequeño municipio de la provincia de Albacete tiene poco más de 1200 habitantes, sumando los seis núcleos que componen esta población. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2015 Alcalá contaba con 652 habitantes.
La previsión que teníamos era la de pasar dos días allí para aprovechar y hacer actividades al aire libre. Por supuesto, la cámara también nos acompañaría. El día que llegamos las nubes encapotaban el cielo y había riesgo de lluvia. ¡Qué bien empezamos! Mientras ascendíamos hacia el Castillo, paramos en la Cueva de Masagó. Esta cueva, con más de 120 metros de túnel, atraviesa toda la montaña. Una auténtica pasada.
Tras subir metros y metros de calles empinadas conseguimos llegar al Castillo. Esta fortificación, de origen almohade, data entre los siglos XII-XII y está situada en la parte más alta del pueblo. Personalmente, vi muy pobre lo que se ofrece dentro para cobrarte, ya que apenas hay unos cuantos carteles informativos. Sin embargo, lo que sí me llamó mucho la atención fueron las espectaculares vistas.
Por la tarde, nos dimos un paseo en buggy con el que pudimos disfrutar de los maravillosos paisajes que hay en los alrededores de Alcalá. Actividad recomendada.
Al día siguiente habíamos planeado pasar la mañana haciendo un poco de senderismo. Elegimos el sendero de ‘El Morrón’ (PR AB-17) que tenía un recorrido de casi 15 kilómetros con una duración aproximada de 3 horas y 30 minutos. Bien, eso es lo que decía el cartel pues nosotros necesitamos casi 5 horas… ¡Qué infierno! Eso sí, pudimos disfrutar de unos paisajes privilegiados llenos de contrastes.
El plan para la tarde era bajar al centro y después tomar unas fotografías con la hora azul, pero dependíamos del tiempo (estuvo lloviendo toda la mañana). Tuvimos suerte y la lluvia remitió dejándonos realizar algunas imágenes por el Puente Romano.
Apresuradamente cogimos el coche para ir a un ‘minimirador’ que hay en una de las curvas de camino a Las Eras para fotografiar desde lo más alto el pueblo. Pero en esta ocasión el manto casi completo de nubes no hizo que fuera el atardecer deseado.
Aprovechando lo próxima que estaba la carretera me decidí a hacer una larga exposición para pillar las trazas de los coches que, desde hacía mucho tiempo, tenía ganas de captar. El poco espacio que tenía para moverme fue una gran complicación a la hora del encuadre.
Para terminar, os dejo una imagen diferente. Y vosotros, ¿qué veis aquí?
Así terminaba nuestro paso por este maravilloso rincón de Albacete. Si aún no lo has visitado, te lo recomiendo. Pronto más y mejor. Un saludo.
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