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Barrancos de Gebas

By 1 abril, 2016One Comment5 min read

Bienvenidos a esta nueva salida. Hacía tiempo que, por distintos motivos, no realizaba ninguna salida, pero el mes pasado pude visitar un espectacular lugar que tenemos en la Región de Murcia: los barrancos de Gebas.

Esta localización es una zona natural protegida que se encuentra entre Alhama de Murcia y Librilla. La formación desértica de los barrancos contrasta con el agua azul turquesa del embalse de Algeciras, haciendo que sea un paisaje impresionante.

La previsión que teníamos hacía presagiar que sería una gran noche: la luna estaba a más del 50% y, en teoría, tendríamos algunas nubes.

Acompañado por mi compi Juanma, nos fuimos sobre las 14:00 horas para conocer el sitio, ya que ninguno de los dos había estado previamente. Además, ya sabéis que para hacer fotografía nocturna es muy recomendable ir de día para visualizar posibles peligros y para buscar encuadres que utilizaremos antes de que se esconda el sol.

Tras una hora, llegamos a un mirador. Una vez aparcado el coche, decidimos coger una de las sendas que había para intentar llegar a la orilla del embalse. ¡Y lo conseguimos! Si es que tenemos un gran ‘espíritu mochilero’…

Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 – ISO 100 – f/13 – 1/125 seg

Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 – ISO 100 – f/13 – 1/125 seg

Barrancos de Gebas Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 – ISO 100 – f/13 – 1/125 seg

Barrancos de Gebas Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 – ISO 100 – f/9 – 1/250 seg

Antes de que se hiciera de noche, decidimos regresar al punto de origen para terminar de recoger el equipo y reponer fuerzas. Por su parte, el ‘hombre del tiempo’ acertaba con el pronóstico y pudimos ver un gran atardecer.

Barrancos de Gebas Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 – ISO 100 – f/9 – 182 seg

Ahora empezaba lo bueno, mi particular calvario. Sí, hablo de la hiperfocal. Era la primera toma de contacto con mi nuevo equipo y, tras numerosas pruebas, no conseguí ser muy fino a la hora de ajustarlo. La teoría es relativamente sencilla, pero, en la práctica, el Tokina 11-16 se me resistió y este Nikkor 24-120 no iba a ser diferente. ¡Vaya tela!

No nos podíamos entretener más ya que teníamos que realizar otra vez el mismo camino y ya era de noche. La única diferencia es que ahora íbamos cargados con todo el material fotográfico y unas linternas para minimizar todos los riesgos posibles.

Como nos suele pasar, la previsión meteorológica volvió a no acertar, así que, cuando llegamos a la orilla, las pocas nubes del atardecer desaparecieron sin más y dieron paso a la contaminación lumínica de las ciudades cercanas.

Barrancos de Gebas Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 – ISO 3200 – f/5.6 – 13 seg

Con esta primera imagen quería acercarme al minimalismo. Una pequeña piedra con los abruptos acantilados de Gebas al fondo. La contaminación lumínica de las ciudades próximas aportaron esa pequeña atmósfera mística a la toma.

Barrancos de Gebas Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 – ISO 1600 – f/5.6 – 20 seg

Esta imagen es similar a la anterior, pero esta vez decidí incluir en el primer plano tres plantas para darle mayor profundidad a la toma. Lo más curioso de la toma es la diversidad de esas plantas que, aunque estaban apenas a unos centímetros entre sí, una tiene las flores amarillas, otra de color lila y otra ni siquiera tenía flores.

Barrancos de Gebas Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 – ISO 2000 – f/5.6 – 45 seg

En uno de los salientes vimos una plataforma de hormigón que finalizaba con unas escaleras entrando en el agua. Al acercarme, vi esa gran brecha y sentí la gran fuerza que tiene la naturaleza, no hay nada que se le resista.

Barrancos de Gebas Exif: Nikon D810 – Nikkor 24-120 – ISO 2000 – f/5.6 – 30 seg

Desde un mirador, con el agua a nuestros pies y la contaminación lumínica que nos daba esa atmósfera única con una sensación de no estar en la Tierra, tuvimos la suerte de contemplar un paisaje de cualquier planeta lejano. Esta es mi fotografía favorita de la noche.

En todas las imágenes la luna fue la encargada de iluminar la escena sin tener la necesidad de utilizar linternas o flashes.

Tras más de 13 horas, llegamos a casa sanos y salvos. Un día completo con buenas fotos, pero sobre todo con buena compañía. Eso sí, las agujetas al día siguiente no me las quitó nadie.

Antes de terminar, os invito a que os paséis por recogeyvamonos.com para que veáis las buenas fotografías que hizo Juanma que, aun estando allí la misma noche con las mismas condiciones climatológicas, son bien distintas.

Espero que os hayan gustado. Muy pronto más y mejor. Un saludo.

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